Lo primero que debo decir es que fui afortunada y tuve un buen embarazo en general. De hecho, me encantó estar embarazada, y la mayor parte de las cosas que ello supuso (exceptuando la falta de sueño, ¡eso no lo disfruté!)
Claro que quiero más a la pequeña de doce semanas estando fuera que cuando estaba dentro, pero, ¿es aceptable lamentarse porque terminaran esos nueve meses tan especiales mientras se estaba preparando para salir? Pienso que sí.
Aquí hay 10 cosas que echo de menos
- No tienes que hacer planes.
- Un vestuario reducido.
- Es una forma instantánea de entablar una conversación.
- Las pataditas.
- Una tripa tensa.
- Ninguna forma corporal.
- Cabello más fuerte.
- Y uñas.
- Yoga para embarazadas.
- Y finalmente… La gente te cuida mucho.
1. No tienes que hacer planes. Mientras el bebé está en tu barriga, no hay límite en los lugares a donde lo puedes llevar. Puedes usar las escaleras mecánicas, ir al cine, y el bebé disfruta acompañándote en el día a día, desde la seguridad del vientre. Tan pronto como se encuentra del otro lado, transportar al bebé resulta un juego muy diferente. Los cochecitos y las escaleras mecánicas no son una combinación demasiado buena.
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2. Un vestuario reducido. Es algo curioso, oídme: me di cuenta de que verte obligada a usar un vestuario limitado resulta muy liberador. Todo, desde prepararte por la mañana hasta mantener la colada al día resulta fácil cuando solamente tienes y utilizas unas pocas prendas de ropa.
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3. Es una forma instantánea de entablar una conversación. Nunca hay un momento de silencio incómodo una vez que la barriga es visible. Reconozcamos que la conversación tal vez se centre en ese pequeño ser humano que está creciendo en tu interior, pero siempre me gustó hablar de ello. ¡Aunque debemos admitir que un bebé logra el mismo resultado, siempre y cuando nunca lo dejes ir lejos de ti!
4. Las pataditas. Era algo reconfortante, irreal, pero reconfortante. De vez en cuando, ahora confundo la sensación de tener gases con una patadita e instintivamente me toco la barriga, antes de darme cuenta de que ahora mi bebé está dando pataditas en su cuna. Lo cual me lleva a…
Ahora parece la de un pensionista que ha pasado demasiado tiempo al sol.
5. Una tripa tensa. Porque mi tripita, mientras albergaba al bebé, es la única vez que ha estado dura como una piedra desde que fui adolescente. Ahora parece la de un pensionista que ha pasado demasiado tiempo al sol.

6. Ninguna forma corporal. O, mejor dicho, una que solamente se podría describir como muy embarazada. Mis curvas habituales desaparecieron temporalmente al crecer la barriga. Todo es cuestión de perspectiva: ¡con una enorme barriga por delante, mis piernas y trasero parecían minúsculas en comparación!
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7. Cabello más fuerte. Cómo lamento cada cabello que ahora se cae. Mi pelo, que solía ser fino, se benefició del regalo de la madre naturaleza de conservar cada mechón, y durante el embarazo se volvió fuerte, elástico, exuberante. ¡Incluso llegó a rizarse! Tampoco se engrasaba. No me vendría nada mal poder gozar de eso ahora, mientras lucho por lograr que ambas estemos presentables cada mañana.
8. Y uñas. Mis uñas, que solía morder, crecían más rápido, por lo cual a menudo tenían un aspecto presentable, para variar. Y en esas largas semanas en las que estaba esperando a que el bebé llegara, también las llevaba pintadas con regularidad.
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9. Yoga para embarazadas. Es suave (entiéndase: fácil), todas éramos mujeres en la misma situación, con las mismas preocupaciones, y resultaba totalmente relajante.
10. Y finalmente… La gente te cuida mucho. «Déjame que te lleve eso», «por qué no te sientas». Yo estuve perfectamente capacitada durante todo el embarazo, pero lo cierto es que te hace sentir bastante especial. Y a todos nos gusta sentirnos especiales. Pienso que si nos tratáramos mutuamente como tratamos a las mujeres embarazadas, el mundo sería un lugar más amable.

Nicola Friend
Tengo 31 años y soy directora artística, escritora y fotógrafa. También soy mamá primeriza de una pequeña que nació en diciembre de 2016. Tengo diez años de experiencia en la industria de las revistas. Actualmente estoy de baja por maternidad de la revista Gurgle, donde era directora artística, diseñadora de impresión y web, y creadora de historias fotográficas.
Vivo a las afueras de Londres, en una vivienda que necesita muchos arreglos. ¡Tenemos la intención de terminar de reformarla antes de que nuestro bebé empiece a gatear!